SIMPATIA - Critica del espectáculo por Julio Pallares
12.10.2013 15:30
SIMPATIA
Abasto Social Club - Yatay 666 - CABA
Lunes de octubre 21 hs
Autor: Hernan Moran
Dirección: Maria Urtubey -Hernan Moran
__________________________"Entre los trastos viejos estabas acompasando mi búsqueda"
¿Será el encuentro una categoría del pensamiento filosófico?...a mi parecer el encuentro se utiliza para describir la peculiar forma de relación que tiene lugar en la relación interpersonal, pero supone también una determinada comprensión de la existencia humana, y por tal conduce a la radical transformación de las teorías del conocimiento, de la filosofía y busca una peculiar visión de la ética humana.
Simpatía podría abordarse desde las distintas caracterizaciones que se describen de la teoría del encuentro, los personajes de a pares por lo general, desvisten la respectividad de los sujetos que se encuentran, en ella, el simple hecho de ser, la mera contigüidad, el solo sometimiento al acto de otro sujeto se transforman en un acto de mutua presencia.La reciprocidad de la relación de los que se encuentran (Basta que uno de los participantes en el encuentro quiera suplir al otro, que uno de los interlocutores ahogue la voz del otro, o pretenda poseerlo o dominarlo, para que el encuentro se pervierta) y la intimidad de la relación, por tanto el encuentro tiene como sujetos las personas de los que se encuentran y no sólo sus propiedades o sus funciones.Los sujetos existen desde el encuentro -«desde un diálogo existimos» (Hölderlin)-, y en él se hace presente un más allá que actúa en los interlocutores y los muestra participando de una presencia que está, no al final de los encuentros humanos, sino en su raíz como quien los posibilita y los hace ser permanentemente. La peculiaridad del fenómeno al que se refiere la categoría del encuentro, y su fecundidad para la antropología, se manifiesta si se le pone en relación con lo que aparece en su contrario: el hecho de la soledad...es mucho más que un estado: estar solo, o el sentimiento que se deriva de él. Es una dimensión de la existencia que consiste en el hecho de que cada sujeto es dueño y responsable de su vida que sólo cada uno puede ejercer en una decisión irreemplazable, que nadie puede tomar por otro.
En estas instancias se desarrollan los actores de Simpatía, buscan en el otro el timón de sus encuentros, de sus decires, se acumulan en relaciones individualistas que van llevando al espectador a lo cotidiano, al mundo del aquí y ahora. Se entrelazan sin mucho sentido, cuando aún el espectador esta llevando a cabo la trama del relato. Se nos hace confundir inteligentemente, se nos despierta la intriga y nos propone seguir el juego. Entonces lo cotidiano regresa en las frustraciones de los personajes, en las divididas culpas que ninguno lava donde deberían hacerlo, en las letanías del perdón, en la asquerosa hipocresía del que huye sin dar la cara...del que explica todo sin tener que explicar nada. Y al fin las fichas se acomodan en esta trama tan sentida, en estos actores que van generando un clima propicio para el disfrute.
Hay personajes destacables entre el elenco que dan un quiebre al ritmo y nos ubica en un nuevo espacio, redescubrimos ese espacio que hasta hace unos instantes nos era conocido, ELLOS lo de-construyen y nos llevan a un nuevo lugar de encanto.
La dupla compuesta por Juan Tupak Soler (Felipe) y Julia Amore (Lucia) establece un nexo muy fuerte con el espectador manejando tempos y silencios, cortes bruscos y aceleraciones destacables (si fueran instrumentos uno seria de cuerdas y el otro de viento). Vanesa Strauch (Juana) plantada en escena compone una mujer de carácter, vacía de todo, de amor, de compromisos...crea un humor tan ácido y maravilloso que atrapa escenicamente. Andres Giardelo es FERNANDO se redescubre hacia el final en un monologo que maneja acabadamente. Adriana Pregliasco es Ofelia crea un personaje muy particular, que crece a partir de la mitad de la obra, se despoja del todo y surge una inconfundible creación donde maneja el humor con naturalidad y se anima a un desnudo escénico totalmente justificado. La contrafigura la pone en escena a Pilar Abentin (Marianela) equilibrada, justa a la hora de la escucha, dando un giro hacia el final de la obra que nadie esperaba. Pablo D Elia es Julian maneja la escena adecuadamente y se entrelaza en las historia como nexo, por medio de su guitarra convoca a intimidades dichas por algunos personajes catárticos y vomitivos.
La puesta pensada en la apropiación del espacio, deconstruccion del mismo, los afuera, los adentro, las espaldas y las voces de la nada...las voces que vienen y traen palabras, la voz desnuda sin imagen, la imagen con la voz que acompaña...Un puesta distinta, realmetne creativa, buscando la utilización del objeto, justificándolo en cada movimiento.
Una dirección actoral basada en las expresiones y cualidades de los actores, en la dinámica de lo natural y en la composición de los climas muy bien logrados. La iluminación acompaña la idea de los directores, a los que se le suma un tema musical compuesto por Maruja Bustamante e Iti Ocampo de acordes simples, atrayentes y sintéticos a la hora de describir Simpatía
Calificación: 9 Yensolitarios.-----------------------------------------------------Julio Pallares